CREMÁ

por
Francisco Ubilla
"¡No me empuje señora!", le decía a una robusta mujer que, detrás mío, trataba desesperadamente ver la Cremá de la Plaza del Ayuntamiento de Valencia. "¡No me empuje!”, le decía nuevamente, mientras protegía la cámara con todo mi cuerpo, “¡no ve que no puedo sacar la foto si me empuja!". "Hay disculpe", gritó con acento colombiano mezclado con asfixia y dolor, "es que a mi también me están empujando". Fue así cuando, entre la sofocante masa de gente, se abrió un pequeño espacio que me dejó ver plenamente la famosa Cremá; me levanté en la punta de mis dedos, respiré profundo, encuadré, enfoqué... "¡click!". Justo en ese momento me empujaron, y ya no tuve la misma perspectiva. Resignado a no ver más la Cremá, guardé la cámara entre mis brazos y me apoyé en una muralla. “Aquí huele muy raro”, dijo la misma señora, ahora más calmada, y mirándola con un aire de cómplice, le dije: “¡Aquí huele a culo señora!”. Nos reímos un buen rato.